Fractura Expuesta

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Fractura Expuesta

Nos referimos a una fractura expuesta cuando el hueso se encuentra o estuvo (aunque sea solo momentáneamente) en contacto con el exterior, por lo tanto el concepto de fractura expuesta lleva implícito el concepto de herida. En estas el mecanismo o la energía involucrada en la fractura produjo  una lesión tanto a nivel óseo como en las partes blandas que lo envuelven el hueso (piel, músculos, tendones, ligamentos, etc.) y por lo tanto los riesgo de infección, devascularización (falta irrigación sanguínea) y falta de consolidación (unión) de la fractura son más altos que en fracturas no expuestas

La fractura expuesta es una fractura que se asocia a una herida por la cual el hueso estuvo o está en contacto con el medio ambiente, considerandose por lo tanto contaminado y con el potencial riesgo de infección. El tratamiento de las fracturas expuestas se considera de urgencia y debe ser realizado de preferencia por un traumatólogo.

Cualquier hueso puede estar involucrado en una fractura expuesta, pero lejos la tibia y el antebrazo son los más involucrados, debido a la escasa cobertura de partes blandas que poseen. Mención aparte tienen las fracturas expuestas de las manos, las que a pesar de su alta frecuencia, tienen mejor pronóstico, debido a la rica irrigación de la extremidad.

Un antecedente importante a considerar es que el 30% de los pacientes que presentan una fractura expuesta se encuentran dentro del contexto de pacientes politraumatizados, estando estos involucrados en accidentes de tránsito, caídas de altura o lesiones por armas de fuego; en estos casos el manejo de la fractura pasa a ser una segunda prioridad ante la eventualidad de descartar otras lesiones que incluso podría comprometer la vida del paciente.

Las fracturas expuestas se clasifican según Gustilo-Anderson en 3 grados según el tamaño de la herida, el nivel de contaminación y el tipo y grado de energía involucrado en la fractura.

fracturas de menor grado permiten al traumatólogo realizar un tratamiento definitivo inmediato, mientras que en fracturas de alto grado el manejo definitivo deberá ser postergado frente al cuidado de la herida y el control de la infección. Además a mayor severidad aumentan los riesgos de complicaciones, es así como las fracturas grado I tienen un riesgo de infección de 2%, las grado II 5% y las grado III pueden llegar incluso al 50%.

En relación al tratamiento, la fractura expuesta es considerada una urgencia traumatológica, por lo que su manejo no puede ser retrasado. El tratamiento inicial está enfocado en la prevención de la infección, por lo que la administración de antibióticos endovenosos, la profilaxis antitetánica adecuada y el aseo quirúrgico en pabellón son los pilares fundamentales.

En relación a este último es importante mencionar que cualquier material extraño o tejido que no se encuentre vital será removido, una vez finalizado el aseo quirúrgico de la fractura expuesta, el traumatólogo podrá plantearse la posibilidad de realizar un tratamiento definitivo para la estabilización de la fractura, o la necesidad de un tratamiento temporal a la espera de nuevas cirugías.

La fractura expuesta presenta un importante desafío para el traumatólogo y su paciente, los que apoyados por los avances de la medicina, el cuidado multi-diciplinario de los equipos de salud y el apoyo de la familia, permitirán sortear esta dura prueba con los mejores resultados posibles.

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Dr. Juan Martínez Caamaño
El Dr. Martínez está certificado en la especialidad de traumatología y ortopedia, utiliza técnicas y procedimientos médicos y físicos para corregir o evitar degeneraciones o malformaciones, así como dolores, lesiones y demás padecimientos que afecten el sistema musculo-esquelético del cuerpo.
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